Hoy, estando en el sepelio, el sacerdote dijo algo que me hizo pensar, que me hizo recordar, y es verdad, aunque yo no sea creyente, que se apaga la luz del cuerpo pero queda la llama, y ahora más viva que nunca, esa llama que te dará fuerzas en los momentos bajos, y alegrías en los buenos. Esa llama que te ayudará a madurar y a entender la vida de mejor y más positiva forma.
No te quepa duda que te cuidará, siempre te estará cuidando allí donde te encuentres.
La vida te pone esta durísima prueba pero yo no tengo duda que sacarás matricula de honor porque eres una gran y bellísima persona con un gran corazón y una fuerza tremenda y estás rodeado de gente encantadora que te quiere muchísimo.
Hoy quiero escribirte porque se que el vacío es inmenso, porque sé que la herida abierta es tan grande que sientes que puede que no se cierre nunca, y que aunque sé que somos los que somos y no hay que decir nada más, aquí estamos para lo que sea. Que estamos para acompañarte, para quererte y para cuidarte a ti y a los tuyos.
Que estás en el fondo de nuestros corazones, y eso será toda la vida.
A ti Paco, te mando un abrazo fuerte y darte las gracias por ese espíritu de superación y alegría eterna que siempre quedará en nosotros. Y aunque sé que estás tranquilo y en paz, no te preocupes por el niño que nosotros te ayudamos a cuidarlo.
Quiero aprovechar estas líneas también para mandar un gran abrazo a aquellos que ahora te entienden perfectamente y a todos, pero me permitís que a ellos sea un poco más especial.
Hago igualmente examen de conciencia y deciros a todos que cada uno es como es, ni más ni menos, bueno siempre más, y os lo digo yo que soy una criticona de mucho cuidao y no dejo títere con cabeza pero os quiero con locura.
Y quiero tirar de tópico, aunque real como la vida misma, que estos momentos tienen que servirnos para unirnos más, para cuidarnos y querernos más si cabe, para encontrar más momentos en los que vernos, para dejarnos de tonterías e historias sin importancia que a veces no llevan a nada, yo el primero.
Un fuerte y gran abrazo amigo mío.
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